1/3/08

Huertos urbanos en Helsinki

Finlandia es un país que ejemplifica las bondades y los defectos de la sociedad occidental. Bondades en cuanto a nivel de vida, igualdad, políticas sociales o nivel educativo de su población.

Tengo la suerte de poder ir con cierta frecuencia a Helsinki y disfrutar de fines de semana sin nada que hacer más que pasear. Es una ciudad muy diferente a cualquier capital Europea que he visitado. Me gusta especialmente la limpieza, la gran cantidad de espacios verdes, la seguridad y la gran cantidad de eventos culturales, pero una de las cosas que más me llama la atención es la cantidad de huertos que se pueden encontrar dentro de la ciudad.

En invierno no hay nada plantado y no se muy bien que es lo que la gente cultiva en ellos. Se puede apreciar que hay arbustos de grosellas, muy típicos en Finlandia. Las parcelas son bastante pequeñas, y su cuidado no requiere demasiado trabajo. Según me han comentado dichos huertos son públicos y es posible utilizarlos pagando un pequeño alquiler anual. Llama la atención que estos espacios no están cerrados y cualquiera puede acceder a ellos, aunque esto no es un problema en este país donde prácticamente no hay delincuencia.

Ni que decir tiene que un huerto dentro de la ciudad es una forma barata y ecológica de usar el tiempo libre dentro de una ciudad. En verano mucha gente viene a pasar la tarde a su "minihuerto". está claro que la cantidad de comida que se puede plantar aquí no es importante, pero es toda una reivindicación ante la dictadura del ladrillo y el hormigón.

Sin embargo Helsinki adolece de graves defectos. En primer lugar es una ciudad increíblemente extensa. En Helsinki viven 561.000 habitantes, pero la densidad urbanística es muy baja. El centro lleno de comercios y oficinas y muy pocas viviendas, acoge además multitud de antiguas fábricas y edificios enormes de sedes de empresas que le dan un aspecto poco acogedor a sus calles.

Otro gran defecto es el tráfico de vehículos particulares. Si bien Helsinki cuenta con un caro, pero excelente transporte público, la ciudad da prioridad absoluta a los coches. Las calles son generalmente muy anchas y siempre con varios carriles en ambas direcciones. Estas extensas avenidas favorecen que los vehículos vayan demasiado rápido lo que junto al adoquinado en gran parte del centro provoca una desagradable contaminación acústica y resta mucho encanto a una ciudad llena de edificios maravillosos.

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